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martes, 9 de noviembre de 2010

Calles más limpias

Calles más limpias

Había una vez una niña llamada Carlita, ella vivía con sus padres Martín y Julia en una ciudad muy grande y poblada llamada Lima.

Carlita era una niña muy alegre y tierna, le gustaba jugar con sus amigos en el parque y salir de paseo con sus padres. Cada vez que salía a pasear veía las calles sucias y como la gente sin importarle nada tiraba la basura y ensuciaba. Hasta que un día cuando sus padres le dijeron a Carlita que irían a pasear, ella se negó. Los padres, preocupados, no se explicaban por qué su hija no quería salir con ellos, entonces decidieron preguntarle y ella no quería responder, solo se ponía a llorar.

Carlita lloraba porque estaba triste al ver tanto descuido de las personas y pensaba que sus padres no la entenderían.

Pasaron los días y Carlita se quedaba en casa triste y pensativa, sus padres no entendían qué pasaba con su hija, así que insistieron y le volvieron a preguntar qué le pasaba, por qué estaba así. Le dijeron que ellos eran sus padres y la querían mucho y la apoyarían en todo y no se molestarían con ella, que podía decirles qué le pasaba; que quizá ellos podían ayudarla.

La niña al ver a sus padres tan preocupados decidió hablar y contarles qué le pasaba. Les dijo que cada vez que salían veía las calles sucias y que ella no sabia qué hacer para que esto cambie. Sus padres, ya más tranquilos, le dijeron que se tranquilice, que pronto encontrarían la solución y que ya no esté triste. Ella mas aliviada se fue a dormir porque sabia que sus padres la ayudarían a encontrar una solución y que todo cambiaría.

Al día siguiente se levantó muy temprano para ir al colegio y también para saber si sus padres tenían la solución al problema. Cuando estaban tomando desayuno les preguntó si tenían la solución y sus padres se miraron y le dijeron que no sabían qué hacer, que por qué no le preguntaba a su profesora; que quizá ella podría ayudarla.

Carlita se fue al colegio y le contó a su profesora Roxana lo que le pasaba y ella muy amorosa le dijo que ese sería el tema de la clase y que entre todos encontrarían una solución.

Cuando todos los niños estaban en el salón de clases, la profesora les preguntó por qué era importante la limpieza y el orden en la ciudad, y qué podían hacer para tener una ciudad limpia y ordenada.

De pronto, todos los niños hablaban a la vez muy entusiasmados, pues todos querían participar. La profesora se puso alegre de ver que sus niños se preocupaban por hallar una respuesta y les dijo que si querían participar levantaran la mano uno por uno. Y así lo hicieron.

El primero en participar fue Marcos y dijo que deberían poner más tachos de basura.

La segunda fue Anita y dijo que la limpieza era importante porque así se evitan las enfermedades y que deberían cuidar los parques porque dan alegría y belleza a la ciudad.

Todos los niños daban ideas, hasta que le llegó el turno a Daniel, y él dijo que primero tenían que tener limpias sus casas, luego el salón de clases y después el colegio; y así poco a poco empezar a limpiar la ciudad.

Todos los niños estuvieron de acuerdo con Daniel y prometieron tener limpias sus casas y limpio su salón, pero dijeron que para tener limpio el colegio, primero tendrían que dar el ejemplo para que los otros niños hagan lo mismo que ellos. Carlita estaba feliz porque entre todos encontraron una solución.

Cuando llegó a su casa, le contó a su mami lo que había pasado y le dijo que ella limpiaría su cuarto todos los días.

Al día siguiente, Carlita se ofreció a limpiar el salón y los demás niños dijeron que se turnarían para limpiarlo.

Cuando salieron al recreo los niños recogían los papeles y les decían a los niños más pequeños que los papeles los echen en el tacho y así sin querer empezaron una campaña de limpieza en el colegio.

La directora al ver la actitud de los niños se puso contenta y se preguntaba cómo había pasado esto. Al preguntar a los profesores lo que pasaba, la profesora Roxana dijo que todo empezó con la preocupación de Carlita porque ella quería tener una ciudad limpia y ordenada donde todos puedan vivir tranquilos. La directora al escuchar esto decidió felicitar a Carlita por la iniciativa y a sus compañeros por unirse y participar para tener el colegio limpio.

Al día siguiente, durante la formación felicitó a Carlita, a sus compañeros y a todos los niños por su participación y les dijo que todos merecían un premio. Les dijo que como premio irían de paseo y todos los niños gritaron de alegría al saber cuál era el premio.

Ese fue el día más feliz de Carlita y se fue a su casa a contárselo a sus padres. Ellos se emocionaron de ver a su hija tan alegre y animada. Sus padres la llevaron a pasear y ella al ver un papel en el piso lo recogía y le decía a su papá: poco a poco tendremos calles más limpias.

Se puso más feliz al ver que otro niño hacia lo mismo que ella. Se sentía feliz porque habían otros niños que querían una ciudad más limpia al igual que ella. Este fue el paseo más agradable y el que más recuerda Carlita.


Bryan Ayrton Vega Mozo