CREANDO ANDO

domingo, 23 de junio de 2013

El encuentro con el Glumpo

Amaneció muy rápido, al menos así me pareció. En ese instante escuché unos ruidos, sentía que alguien me observaba. Volteé y no encontré a nadie.
Empezaba a sentir temor y no me sentía segura de poder salir de mi cuarto  a ver qué era lo que sucedía; sin embargo, lo hice porque  soy una chica supercuriosa.
De repente, escuché una voz que decía: -Mía, Mía, ven…… Yo me sorprendí porque vivía sola.
Bajé cuidadosamente y observé  de lejos a un pequeño conejito que cada vez se acercaba más y más a mí. Estábamos frente a frente, me pareció un conejito superlindo, tierno  y cariñoso. En su cuello tenía un hermoso collar que decía  con letras grandes y en negrita GLUMPO.
-¡Qué lindo nombre! –dije, entonces decidí adoptarlo.
Tenía ganas de salir a pasear, por eso nos fuimos al parque.
Compramos un montón de cosas como: dulce, ropa para GLUMPO, aunque parezca extraño, y otra cosas más.
Regresamos a casa, muy tarde por cierto. Teníamos sueño y yo le preparé una camita pequeña.
Al siguiente día me levanté muy contenta y me di con una gran sorpresa: ¡GLUMPO había preparado el desayuno!
Él me dijo que me sentara en la mesa, que debía conversar conmigo.
Me preocupé un poco, por el tono de voz que utilizó al hablarme.
Estábamos sentados en la mesa y GLUMPO me dijo:
-Mía,  lo que te diré es algo muy importante para mí y lamentablemente te incluye a ti.
Yo me quedé estupefacta, no sabía que eso era tan importante para él.
Me siguió diciendo hasta que llegó a un punto en que dijo:
-Tengo que regresar al lugar de donde vine, fue lindo todo lo que pasamos juntos pero……y empezó a llorar.
Yo también lo hice y le dije:
-Esto es una despedida, ¿verdad?
Y de pronto, así de rápido como apareció, el había desaparecido. 
Yo me puse triste y me quedé con la duda de volver a verlo.

Andrea Cribillero Torres
1° "C" de secundaria

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